A los que comercian sin ambigüedades, con la genialidad.

Enardecidos se crecen, girasoles ciegos
siguiendo al sol en su estática totalidad
sin pensar mas allá
del corpóreo sustento.
El arte es mas que el precio
pecuniario insólito, que el pago,
agonizante
de los que alardean su posesión
con los cojones por delante.
Valen tercios, y no de Flandes,
si acaso porfían dialectos disonantes
mastuerzos, enclavados en la desidia
de creerse fatales, siendo oxido
pudriendo mis retinas.
Alabo al artesano que cree en su fortuna
mas que al pago heredado
de Varones de alta cuna.
Soy victima del amor desaforado
el teatro me amalgama
y los textos me reclaman, parte, solo parte
de las querencias en mi alma.