Nunca, es demasiado tiempo.
La gravedad del asunto
atenúa alegrías que corren
a esconderse tras el hipotálamo de tus sentidos.
Son como niños, me digo.
Y los contemplo deambulando
a oscuras,
el amor está lejos,
a un tiro de pedrada,
con sabor a interés para los que no dicen nada,,,,,,
Tengo en mi haber algunas cuentas de cristal
de aquellas que de niños hacíamos rodar hacia ningún sitio,
en ningún lugar,
y las remedo con mis ojos haciéndolas girar y girar…
no saben rodar solas,
ellas no,
ni yo,
ni yá,
Nunca es poco tiempo,
para un alma inmortal,,,
pero la vida eterna es una condena
si estas fuera de lugar….