Amanece, el alba,
enredada entre tus cabellos;
ya no me asusta, su llegada,
ojos enrojecidos al fulgor,
encendida pasión robada,
paz en rosario de almohadas.
Ni osar moverme pienso,
rosas arden en mi pecho, espinas,
blandas quedan cuando te marchas,
por esto te miro,
por esto no duermo…