en pequeños derroches
de salado altruismo.
si corrijes la inercia
del frío caracter,
sin vueltas,
alegando ¡Destino!,
si paseas tu alma en pena
empeñas,
la paz que tanto anhelas.
Si detienes tu veloz,
desquiziada carrera,
de veras,
es tiempo de cantar victoria,
abre en par la ventanas,
renueva tus enseres
amueblando de oropel
el solaz en tu cabeza,
muere carne,
despierta consciencia.