A paso lento, recoge su pesado ropaje
el crudo invierno,
manto blanco que al izarse,
anuncia tímidamente tu llegada.
Mi Primavera, el fin llega a nuestra espera,
larga procesión cruza las neuronas,
orugas menudas invaden sin violencia,
Pasionarias de mucho pelo, pero sin patas,
ideas salvajes que campan a sus anchas,
renace el tallo ahondando las raíces,
flores feroces muerden tus cicatrices,
y un perro famélico transgrede las normas
saliva que cura tus heridas más hondas.
Llega como fantasma, sonidos extraños,
aromas de melaza, carne de pasión, ensangrentada,
voces angelicales que cantan alabanzas,
tras el frío, de nuevo calor tierno y dorado,
energía del equinoccio en perpetuo renacer
crecer para creer en el hombre que puedes ser.
Oda a la Primavera, lujuria mental
Esta Primavera será,
el rescoldo llameante,
del ultimo fuego,
que hirió el duro
invierno,
anhelando la visita de tu cálido semblante.
