Para quien no puede verlos,
son un engaño , de treinta en febrero
Pero los siento,
fríos esperando mi caída
cada día que de noche
viviendo, muero.
Tengo helados corazón y realidad
casi como un reo, condenado al ostracismo
por el yo,
que ni yo,
reconozco.
Porque ya no soy yo mismo.
No existe nada,
mas allá de tu recuerdo,
en tu mirada,
sangrando por si a veces,
no me lo creo.
No se lo que es-pero,
pero-es-peor,
increíble será, si no los veo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario